YLONKA NACIDIT-PERDOMO


«CON EL CORAZÓN ROTO»


 Un mensaje a María Eugenia O.,  ante la pregunta de la artista visual Iris Pérez Romero, y sus  «Diálogos desde el Encierro».

Ahora no somos «multitud», como tampoco –al parecer- la primavera no es nuestra. No se asoma, aparentemente, igual que antes; sólo se muestra a nosotras a distancia, con sus piernas entrecruzadas ante el horizonte que se abre cual circunferencia que se desdibuja hacia el mar.

No somos «multitud». El mundo nos deja a la “deriva” y, los días ingresan a una nirvana  que no es épica ni totalmente una tardía esperanza.

No siento los sentidos como antes. La grandeza del amanecer es tal, que aún cuando el tiempo  se hace un largo proceso de las horas, todo lo llena el alborozo de las aves con sus cantos  trayéndonos  el sonido de la naturaleza en su quietud, que es verdadera. 

La primavera está sonriente, cautivante,  con vivos colores; sin embargo,  no podemos ir por las galerías de sus árboles que se hacen sendero. Muestra un rostro expresivo, no obstante, aún cuando nuestra existencia tiene un derrotero diverso y, no advertido,  porque nos impide viajar al hacerse celdas en los peñascos. Ya no podemos estampar nuestras huellas en el paisaje ni administrar lo que nuestros  ojos ven;  solo tenemos un abecedario para despertar a las flores, y para obrar a cuenta gotas con el colorido de la luz en la tarde.

La primavera está desmesuradamente expresiva y, muy tierna; aún cuando advierte que algo extraño pasa a su alrededor.

… Quizás es cierto: tenemos un desafío por delante. No sé «qué es», o, acaso lo pienso y no puedo darle nombre a lo «qué es». Es algo invisible, dirán algunos. Es algo que se está viviendo, que no se queda solo en las preguntas o en la tensión  de no conocer quién es que se hace un nuevo huésped inesperado.

Eso que no sé «qué es»  me asombra ante cualquier súplica de entenderlo,  porque  me deja sin la singularidad del pensamiento, diría que inmóvil para definir al presente. Es como si estuviéramos en un el exilio involuntario, vulneradas (además) por  la incertidumbre entre el ahora y el después, porque no tenemos circunstancias definidas o indefinidas por las cuales poder apresurarnos a dar respuestas a lo posible o lo imposible.

¿Confinadas? ¿Con una experiencia distinta? Sí, lo estamos. No obstante, solo sé que se refuerza la calma del ambiente. Nada es ajeno, pero sí, desde luego, distinto. Es como si perdiéramos de pronto el anillo que nos regalara -como promesa de un retorno-  un amor que, a fin de cuentas,  ha  viajado a otro lugar lejano dejándonos en la más espantosa tristeza.

¿Confinadas? Pareciera que sí; confinadas en medio de la decadencia y de la más oscura fortuna del destino en una época que no sabemos si es de paz o de guerra, de tiranos o de acaudalados traficantes de las miserias humanas. Somos víctimas de un mundo que se negó a anhelar la belleza de  una orquídea, que solo se alborotaba en  presumir sus posesiones, su insensatez y su  ávido bienestar material.

¿Confinadas? Sí. Tal vez entendamos que es así, y no en cuarentena. Estamos finalmente varadas,  aguijoneadas por una espera que no se sabe cuándo va a terminar; queriendo ser libre o fingiendo que entendíamos la libertad. ¿Qué se ha hecho nuestro quehacer diario? – ¿Evocaciones de extremo a extremo,  ensayos de retiros,  airadas denuncias, vestiduras falsas o soledad del espíritu?

Tal parece que las preocupaciones mayores se encuentran  genuinamente en una sola palabra: la humanidad, la misma  humanidad que ha sobrevivido a letargos entre los opuestos, y que acude –siempre- a adorar al oro, y a ser insensible ante la sangre que brota de los cuerpos lacerados.  Esta humanidad no es la misma de antaño o, quizás, sí lo es;  pero me atrevo a afirmar que ha atraído a sí misma la más espantosa  fatalidad.

Ylonka Nacidit-Perdomo

4.43pm.
Sábado 4 de abril de 2020


«ESTAMOS EN EL MOMENTO DEL ABSURDO; DELANTE DEL ABSURDO». Respuesta a las preguntas de esta tarde de la profesora María Eugenia O.


 UNO
¿Qué fue lo que se detuvo? ¿La sombra del alma, acaso? Sinceramente, no lo sé.  Se detuvo el oído, el que tantas veces pedimos que escuchara a los demás, los ratos de la vida en que la noche se hacía menos oscura, los reproches, cada señal de duelo de los otros,  las vigilias para extrañar al amor.

De sorpresa las impaciencias quedaron atrapadas, y cada día se hace más temprano el momento de ORAR. Ahora oramos, pedimos el auxilio piadoso; los escépticos se expresan de manera medieval; no sabemos si bien es la Naturaleza que actúa o Dios que responde desde su jardín  celestial con un viento que arroja pequeñas dosis de fórmulas para el arrepentimiento.

Vuelvo y repito: No sabemos si es la Naturaleza que actúa o Dios siendo justo, doblegando nuestro indómito proceder; quizás nos exonere de su cólera, de su enojo,  y tempranamente nos diga cómo guarnecernos de las tormentas.

Sin embargo, ahora no comprendo o no sé cuál es la voluntad de Dios, ni cuáles palabras son las perfectas, esencialmente perfectas,  para agradar a su esencia con humildad o cómo implorar su magnificencia con devoción.  Dios -que es Tiempo y Todo-  puede acercarnos a la muerte, pero también a la resurrección a través de la fe. Para los cristianos, Dios siempre está morando en nuestros hogares como un buen amigo. Nos habituamos a pronunciar e invocar su nombre, pero no a hacer su voluntad. Justamente, somos creyentes a conveniencia; unos creyentes insensatos, nada obedientes.



DOS
Ahora, más que nunca, se reza de rodillas; se ruega de rodillas ¿Y antes? ¿Cómo lo hacíamos, cómo era nuestro pensamiento cuando no nos hacíamos las preguntas que rondan entre todos como una penitencia?

¿Cuántas oraciones o salmos compusimos a la Majestad Divina? ¿Cuántos encuentros calladamente y, en silencio, tuvimos con su Voz, esa Voz que solo se oye cuando se comprende  y se tiene la convicción absoluta de que existe un Orden Divino que no se desafía, aún cuando se cuestiona?

¿Cuántas veces hemos cuestionado al Orden Divino? ¿Cuántas veces hemos huido de su predicamento, de su pródiga buenaventura  o empujado hacia un lado a quien  de improviso nos hablara de su existencia con su Libro de la Palabra entre sus manos, llevado como prueba de su viviente existencia eterna?

¿Existe Dios?»  -«¿Para qué son las religiones?» Son las preguntas que se apresuran a hacer quienes tienen miedo, y cuya soberbia es parte de su ira y, deshumanización. Dios mismo es la Naturaleza, el Principio y el Fin conjugado en todo lo que nos rodea, en lo que nuestros ojos ven, en lo que sentimos, en lo que olemos, y en lo que contemplamos.


Tú puedes llamarle DIOS al Absoluto Infinito;  de mi parte le digo a él que es, Esencia Divina, la totalidad inmensa del Universo, huésped eterno con nosotras, orden cósmico, energía del tiempo inmutable,  cuerpo y sangre, cuerpo y alma, sagrada sabiduría, consagración del mundo hecha conciencia, razón reflexiva inmortal, el más allá y el más acá, compañía sensorial que nos entrega su experiencia,  pensamiento transparente y pensamiento que lo transparenta todo, la nada misma no estática,  movimiento en la ecuación de lo inmóvil.


TRES
«¿Quién es Dios?» -La emoción misma, la tierna infancia, las plantas sembradas en el jardín,  la vejez avanzada, la memoria y los años, lo sensible y suprasensible, la actitud del silencio, el martirio compartido, lo piadoso y lo bendecido, lo creíble y no creíble,  lo contenido y lo no contenido como el mar; el madero que arde, todo lo que reposa en la superficie, los círculos que apenas vemos en el cielo, el luminoso brillo de una estrella, el amor celestial con el cual la madre da a luz a su criatura inocente.

«¿Quién es Dios?» – La predicación que se hace para que las palabras no sean ramas secas, la emotividad intensa, los escritos de los profetas,  los sermones donde algo nuevo se revela, los llantos de la multitud, los huesos del pueblo,  los entreactos de la vida, lo que presumimos como verdad; lo primero, lo segundo, lo tercero y lo séptimo como maravillas que se encuentran en cada lugar donde se eleva una voz que aclama fuertemente su presencia.


«¿Quién es Dios?» – Se lo pregunté a mi madre muchas veces, y ella me contestó: - «Nuestro Padre Celestial».  ¡Dios! ¡Dios!, creo que también eres fuego,  tierra, aire, y el camino que a veces se hace un poco difícil de encontrar, y sé que eres Tú quien aplazas también el tiempo para los castigos.


CUATRO
Sé que ahora nos castigas, y que no podemos presumir del conocimiento de la ciencia. Sé que escuchas las lamentaciones. Sé que las lágrimas de muchos a diario te entristecen; sé que tus ángeles están aquí, de visita;  sé que no reposas, sé  que hiciste un sacrificio; sé que en la bóveda de los cielos tu mundo es maravilloso;  sé que no hemos creído que es cierto: que has dado muchas señales  de tu misericordia;  sé que nos prepara para un nuevo renacer;  sé que  tienes disgustos por nosotros, pero,  no obstante, todo eso que te digo, sé  (lo siento)  que detendrás las lágrimas del corazón de quienes oran; sé que nos ama de manera especial;  sé que nos dará fuerzas en estas tribulaciones;  pero sé -con certeza- que nos perdonarás la falta de confianza en ti, la vana soberbia, la incredulidad y la impiedad.

Sé que te duelen nuestros pecados y,  que diariamente salvas almas. Ahora, te pido que salves las almas de tus creyentes, de los que creen y creemos en ti,  y que apartes de todos el dolor de la partida. Sé que aún debemos sufrir tu castigo un poco más, pero te pido que te reconcilies con nosotros ¿Crees que es mucho pedirte, ahora, cuando estamos delante del absurdo, porque una gran mayoría no comprende lo que sucede en el mundo? Confío en ti, plenamente, y espero que se haga tu santa voluntad.   (Tu hija, Ylonka).


 Domingo 5 de abril de 2020.




 



Ylonka Nacidit-Perdomo. Escritora. Desde finales de la década del 90, guiada por la académica holandesa, Dra. Catherina Vanderplaats, Profesora Emérita de Concordia University, en Montreal, investiga la obra de autoras decimonónicas del siglo XIX y del XX, contraponiendo al silencio impuesto y a la historia oficial, una mirada en contrapunto que quiebra y pone en conflicto -desde una enunciación de territorialidad biográfica- los estereotipos en torno al sujeto femenino, para crear desde el conocimiento una metáfora propositiva de la memoria colectiva que pertenece a todas las mujeres que «nacen»  y se hacen, narrando desde el discurso de la diferencia su universo, su imaginario y su itinerario cotidiano.



Nacidit-Perdomo es la autora de  la contra-historia en la cual se basó el primer documental desde la perspectiva de género producido en el país en el 2008, Las Sufragistas, que narra  la hazaña más importante de la mujer dominicana en el siglo XX, después de la formación de la República en 1844, que fue alcanzar -luego de grandes luchas, acciones de resistencia intelectual, acuerdos  políticos, campañas educacionales y comunicacionales, protestas, marchas, etc.-  la condición de ciudadana. En el 2004 fue co-productora de la primera adaptación llevada  al cine, por José Vásquez Grim, de una obra literaria de una mujer en la República Dominicana, Frente al Mar,  basada en un relato del mismo nombre de la escritora Hilma Contreras (2010-2006), de quien Nacidit-Perdomo es albacea.


Su bibliografía literaria publicada comprende los poemarios  Contacto de una mirada (Editora Búho, 1989), Arrebatos (Módulo Publicidad, 1993),  Luna Barroca (CCLEH, 1996), Papeles de la noche (Cocolo Editorial, 1998), Octubre (Editora Búho, 1998), Triángulo en trébol (CCLEH, 1999), Hacia el Sur (Editora Búho, 2001), Contemplación (CCLEH, 2006) La sombra del Amor(CCLEH, antología poética personal, 2006),  Dentro del Bosque (Editora Búho, 2014) y Carta al Silencio (Editora Búho, 2018).  


La obra crítica, ensayística y de compilación de  Nacidit-Perdomo comprende Alfonsina Storni: a través de sus imágenes y metáforas (Editora Búho, 1992), Hilma Contreras: Una vida en Imágenes (INMETRO, 1993),  Abigail Mejía: Una vida en imágenes (Editorial AZ, 1995), Altagracia Saviñón o la discontinuidad del instante (Editora Búho, 1998), Sobreaviso, escritura de mujeres (CCLEH, 1998), La Circularidad Enigmática de la Mirada / The Enigmatic Circularity of The Glance, edición bilingüe, traducción de Linda M. Rodríguez Gugliemoni (Los Ángeles, Moradalsur, 2000), Contrapunto, desconcierto y territorios afectivos de mujeres (Editora Búho, 2001), Editora General del libro de ensayos Mujeres y Cambio desde la letra (Secretaría de Estado de la Mujer, 2005) asociada a Janet N. Gold y Asunción Horno-Delgado, Las Sufragistas: Un documento para la Historia (Junta Central Electoral, 2016) y las antologías de metáforas Diccionario Lupo (Editora Búho, 2018), Diccionario Storni (Editora Búho,  2018) y Diccionario Román (Editora Búho, 2018).  Además realizó la labor editorial del libro de ensayos críticos  Agencia, historia y empoderamiento femenino (Editora Búho, 2018) de la Asociación de  Estudios de Género y Sexualidades (AEGS),  editado por Diane Marting (University of Mississippi),  Eva Paris (Ohio Wesleyan University) y Yamile Silva (University of Scranton) en el cual aparece el ensayo de su autoría «Unas notas sobre el pensar».










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FOTOGRAFIAS: 
1. -Ylonka al lado de la ventana de madera de su habitación en la tarde, leyendo © Alina Vargas-Afanasieva, Santo Domingo.
2.  Fragmentado corazón. 2014, Iris Pérez Romero.
3, -Detalle de  la orquídea, en un muro de ladrillos, procede de «La calle de los Hongos»  del jardín  de doña Altagracia Esthel Sánchez Solá (1934-2009), madre de la autora, en su residencia  de la  Calle Baní, No. 19, Urbanización Tropical. © Ylonka Nacidit-Perdomo.
4 - 18, dibujos y fotografías Iris Pérez Romero, portadas  de libros y poemas Ylonka Nacidit-Perdomo.
19.-Claroscuro del perfil de  Ylonka  © Antonietta Villamil. Santo Domingo.
20. imagen portada Diálogos desde el Encierro.
21. "En proceso de  floración" de la serie Desde el Encierro.  Iris Pérez Romero.  Abril 2020.




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